viernes, 26 de junio de 2009

Todo es vida

No hay momentos de más calidad que otros, o más importantes, porque en todos está la vida, ese don que les da consistencia. La vida transcurre siempre, y con la misma plenitud.
Dios está presente por igual y derrama su regalo de Amor a todos, sin importar el lugar en que nos encontremos o el momento que estemos viviendo.
Lo regala ahora, en este preciso instante. No tengo que esperarlo porque ya es. No tengo que buscarlo porque en realidad no se esconde.
Sólo tengo que ser más consciente, estar presente. Porque en general soy yo la que me escondo y me escabullo, la que desaparezco y me pierdo tratando de analizar y juzgar todo, de establecer categorías y diferencias.
Sólo tengo que recibir y aceptar el don...

domingo, 21 de junio de 2009

Mi gripe

La epidemia de gripe que hay acá donde vivo, hace que no sea original la que padezco.
Pero lo cierto es que esa falta de originalidad no le quita el mal momento. Sin embargo, es bueno darme cuenta de que no lo puedo todo, y que a veces tengo que dejar las cosas que hago habitualmente y en las que me siendo imprescindible, aunque sepa que no lo soy.
Vivo estos días con paz, sin salir a la calle, y al meditar noto que mi respiración más agitada me afecta. Pero lo que no cambia es esa sensación de presencia que experimento en mí. Puedo estar limitada físicamente, pero mi corazón está allí donde está mi tesoro, y eso sólo mi Dios interior lo sabe, y hasta cierto punto yo, si estoy atenta.
La presencia me envuelve desde fuera y desde dentro, me llama cada vez a volver, me ama con amor incondicional, del todo gratuito, y simplemente está, o ES. Nada cambia en ella, y eso hace que mi confianza crezca, y sea tan fuerte como mi tos, o tal vez más...

domingo, 14 de junio de 2009

Llamada de Amor

Mañana de domingo silenciosa. Me despertó el sonido de una campana, y al abrir los ojos descubrí que sólo estaba en mi mente. Así como me encontraba, sin preparaciones, sentada en la cama, empecé a meditar. El silencio a mi alrededor era impresionante, y hasta parecía que el mundo se había detenido allí. Quedé como arrobada, extasiada, enamorada? inmersa en la sensación de esa presencia que me saca de mí, o mejor dicho me hace entrar en mí, a ese lugar donde ÉL ES, aún más que yo misma.
No puedo comparar con nada ese momento, porque no se parece a nada. No me atreví siquiera a hacer ruido con la respiración, y me quedé inmóvil, sentada allí en unión con Él.
Al salir, supe que la campana que había escuchado, y que me despertó, era Su llamada al encuentro, porque me quería llenar de su Amor.
Todavía queda en mí la dulzura de sus palabras, pronunciadas en el silencio.

domingo, 7 de junio de 2009

Presencia invisible

Hay algo que va más allá de las cosas que se ven, oyen, viven. Como un hilo conductor, una presencia invisible. Sólo puedo percibir destellos de esa presencia cuando estoy atenta, cuando mi mente está aquí y ahora. Viviendo las cosas que acontecen en mi vida, es como me percato de ese algo que late más allá de todo.
Y desde allí, o a partir de esa percepción, es como cada momento es único y rico.
En los grupos de meditación hay mucho más que un conjunto de personas que nos reunimos a meditar y compartir. Más allá de las palabras y también del silencio, la presencia le da sentido a todo, y por eso no es lo mismo asistir que no. También detrás de las palabras que leo en las Escrituras, está esa presencia, Espíritu, que las vuelve Palabra Viva. No son las palabras, es la presencia. Y me resulta bastante difícil explicar esto justamente con palabras, pero no tengo otro modo aquí.