lunes, 21 de septiembre de 2009

Mi árbol preferido y la primavera

Hay un árbol en la vereda de enfrente de mi casa, al que todos los años me quedo mirando y me admira con su belleza. Lo he contemplado silenciosamente con esa emoción genuina que genera el momento, si lo sabemos vivir. Alguien decidió este año podarlo en exceso, muy tarde. Hoy, día de la primavera, no tiene ningún brote en su tronco mutilado. Lo he contemplado de todos modos, porque lo conozco y sé de su belleza, aunque no la vea en este momento. A sus pies hay un matorral que está adornado con hermosas flores. Se me ocurre que es igual con nosotros. Podemos estar pasando por momentos duros, o que así nos parecen, pero la belleza de todo está escondida. Sabiendo que el Amor es el hilo conductor, aunque por fuera nos parezca absurdo, la realidad es lo que es, y guarda el tesoro de amor que Dios pone en ella. Sólo abrir los ojos interiores y ver, con esa visión sutil que nos da la meditación en el silencio. Feliz primavera, nos solemos desear, y es feliz siempre, aunque el árbol que tanto me gusta no tenga los brotes que lo adornaban.