jueves, 23 de febrero de 2012

Conversión



‎"Conviértete, y cree en la Buena Noticia"


Esto de la conversión se trata ni más ni menos que de decidirse con determinación a recorrer el camino, a contemplar en nuestra vida el Amor y vivirlo en toda su extensión. No son sólo actos de sacrificio y caridad que hasta pueden resultar agradables por ser algo así como logros de un momento determinado, sino que es un sacudirse desde dentro para despertar.
Es un entrar decididos a nuestro interior en el silencio, y descubrir las raíces de todo aquello que nos quita plenitud, a la luz de Aquel que recorrió el camino y nos invita a recorrerlo sin fantasías ni imaginaciones, sino en el presente de cada día, en la realidad.
Es animarse a entrar en ese vacío que nos sustenta, y desde ahí, al descubrir la unidad de todos los seres, cambiar el "yo" y el "mío" por un nosotros que abarque a todos. Entonces, si somos uno, lo que llamamos actos de caridad serán una simple expresión de esa unidad que somos, ya que el otro no será otro sino yo mismo. La oración será continua, por estar en permanente presencia con la Fuente de Ser, de la cual nunca salimos en realidad. Convertirse es tomar el camino hacia nosotros mismos, y recorrerlo en toda su extensión, sin volver atrás cuando se hace de noche en nuestras vidas.

La Cuaresma es para los católicos un tiempo de conversión, pero el camino es toda la vida, y no en determinadas fechas sino en forma continua.

miércoles, 22 de febrero de 2012

La oscuridad del camino

En esto de soltar, o de estar disponible para que las cosas se suelten, también hay que estar atentos, porque es un camino de marchas y contramarchas.
Lo más difícil para mí es soltar las propias ideas, los valores, lo que creo que está bien o rechazo porque creo que está mal, el querer saber demasiadas cosas, tener certezas. No las hay en este camino, sino sólo el caminar a oscuras.
Dios está presente, pero como me había fabricado un "dios" al que imaginaba, y Él no se ajusta a mi invención, también es oscuro para mi mente.
El corazón, centro profundo, es el que sabe, y lo tenemos que dejar manifestarse. No interponer nada pensado o analizado en el camino, y seguir adelante porque el amor nos conduce.

sábado, 18 de febrero de 2012

Soltando el control


Voy recorriendo este camino y me doy cuenta de que se me van soltando cosas. Tanto esfuerzo por soltar, por desapegarme, y nada. Lo quería hacer desde la mente, desde el razonamiento.
Sin embargo, la determinación de hacerlo hace que en un determinado momento, sin siquiera saber cómo, algunas cosas se vayan soltando, y se va aliviando la tensión que me generaba el aferramiento.
El alivio llega al soltar todo. Pero una vez que empiezo a experimentar ese alivio, parece como que se facilitan las cosas, y se van terminando de soltar solas.
Ni siquiera sé bien qué es lo que se suelta. Tampoco me doy cuenta del todo qué falta soltarse. Sólo sé que el camino sigue y sigue, y mucha parte de él la recorro en oscuridad, pero con la confianza de estar unida a la Fuente de Amor, Dios, que guía a todos hacia su encuentro.
Otra cosa que sé, es que este camino no tiene vuelta atrás. Nada es igual que antes en mi modo de ver mi vida, en el modo de estar en ella. El hecho de pensarla tanto, me condujo a darme cuenta de que la vida tengo que pensarla menos, porque me pierdo de ella pensando, tratando de controlar. Sólo tengo que vivir, eso es todo...