Eso es lo que somos. Para eso estamos hechos. Para la luz
No hay más que adentrarnos en nuestras propias profundidades, en silencio reverente y actitud atenta y entregada, y todo lo que nos parecen tinieblas se transfigura.
En tonces la luz que está, se difunde y alcanza lo que hay dentro y fuera.
Hay que dejarla salir, porque está hecha para brillar.
"No se enciende una lámpara para cubrirla con un recipiente, o para esconderla debajo de la cama, sino que se la coloca sobre un candelero para que los que entren vean la luz."
(Lucas 8, 16)
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6 comentarios:
Gracias por tu post. Me llego en lo particular lo de la lampara. Es cierto. Hay que mostrar la luz y no esconderla. :)
Afectos...
-B
Me pasa que no siempre te sientes ocmo ser de luz, ni que en tus profundidades haya un brillo... tambien en ese momento permanecer y orar Matilde
Hola, Matilde, bienvenida.
Cuando me pasa como decís, que no siento la luz en mí, igual sé que está, porque en realidad proviene de Otro que me habita y que me la regala. Entonces crece la esperanza, y como dijiste, la cuestión es perseverar, quedarme.
Un abrazo y gracias por escribir
Hola amiga Blanca, muy lindo lo que escribes, eres tan espontánea que te ganas la confianza de tu prójimo, sigue aportando que yo leere todo lo lindo que escribas.
Maribel
Bienvenida, Maribel, y gracias. Te mando todo mi cariño.
Revisando entradas antiguas me encontré con este comentario tuyo, B.
Gracias. Es verda: Hay que mostrar la luz, porque eso es mostrar a Dios.
Besos
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