sábado, 29 de diciembre de 2007
Vacaciones
He puesto primero en mi bolso mi banquito de meditación, como señal de que no haré vacaciones de ella, sino que la incentivaré, y algunas veces meditaré frente al mar, cuando muy temprano todavía no hay gente ni ruido en la playa.
Dios no se toma vacaciones en mi centro. Él sigue trabajando todo el tiempo.
Yo también seguiré viajando para encontrarlo allí.
Y su Creación en la costa me espera para contemplarla y encontrarlo a Él por su intermedio.
Doy gracias al Señor por el año que está terminando, y por tantas experiencias vividas en él, tanto las que fueron buenas como las que no me lo parecieron.
Y recibiré el nuevo año con mi familia frente al mar.
jueves, 27 de diciembre de 2007
Conmemoración
Todos estamos invitados a participar de dicha meditación, uniéndonos en el amor que ella genera.
Los grandes dejan huella, y sin duda Padre John lo ha sido.
Los que pertenecemos a la comunidad hemos recibido ese legado, y estamos juntos en este camino silencioso que nos conduce a nuestro centro, donde Dios nos espera.
Dos alas
No se puede volar con un ala sola.
La meditación conduce al Amor y a compartirlo con los demás, y el amor nos da el anhelo de meditar.
Dos alas iguales, indispensables, complementarias, para poder Vivir.
lunes, 24 de diciembre de 2007
Regalo de Navidad
Porque es el mejor viaje ese de volver al centro, allí donde está todo lo que necesitamos, allí donde habita Aquél que es la fuente del AMOR y del gozo.
La Navidad tiene un sentido de comienzo, de nueva Vida. Y qué mejor entonces que meditar, ya que cada vez que nos sentamos es un comenzar, un renacer.
Por eso más que nunca, FELIZ NAVIDAD, y no nos privemos de este camino, amigos. Recibamos con alegría este regalo maravilloso.
Con el amor de siempre, Blanca
sábado, 22 de diciembre de 2007
PESEBRE
Cuando contemplo el pesebre, se produce una revolución dentro de mí. Porque mis criterios mundanos imaginan que un Rey debería nacer en un palacio y ser arropado con ropas vistosas y lujosas, y en cambio me encuentro con una cunita al desamparo, “porque no había lugar para Él en las casas de los hombres”.
Cuando contemplo el pesebre, se desarma mi soberbia, porque Dios nace en la más profunda pobreza, sin casa ni doctores ni enfermeras, sólo los ojos inocentes de los animales que lo acompañan.
Cuando contemplo el pesebre, mi corazón de madre palpita con emoción, como cuando nació mi hijo; y como María, guardo dentro de mí ese tesoro que tenemos las madres en nuestro ser profundo: el gestar y dar a luz.
Cuando contemplo el pesebre, todo parece volverse más sencillo, y me resultan absurdas las preocupaciones artificiales que a veces me absorben. Todo queda pequeño frente a tanta grandeza hecha sencillez y pobreza.
Cuando contemplo el pesebre, el Niño me sonríe porque sabe que lo estoy mirando. Los ojos de mi alma ven su sonrisa y todo en mí se llena de luz.
Cuando contemplo el pesebre, a veces el Niño llora, y entonces me vienen a la memoria los versos de San Juan de la Cruz: “Y la Madre estaba en pasmo, de que tal trueque veía: el llanto del hombre en Dios, y en el hombre la alegría”.
Cuando contemplo el pesebre, la madre me enseña su entrega y su disponibilidad; y al ver el fruto de sus virtudes en la Nueva Vida, me anima a entregarme también yo un poquito más.
Cuando contemplo el pesebre, la santidad de José me deja sin palabras. Sólo el silencio puede contener el profundo amor de Dios en una criatura, y por eso José era silencioso.
Pero lo más admirable es que puedo contemplar el pesebre todo el año, dentro de mí, si se lo dejo construir al Señor, y hacer de mi interior una cuna para recibir a Jesús en cada momento, Jesús Niño, y también Jesús Hombre, Jesús Amor.
No puedo expresar sin embargo, y las palabras se han quedado cortas, lo que acontece dentro de mí, cuando contemplo el pesebre, y eso se repite y se confunde con lo que pasa en mí en un rato de meditación silenciosa.
Porque en realidad, pesebre, centro profundo, y también Cruz, son una misma cosa: pobreza y silencio, amor incondicional
Ahora, en el 2007, puedo comprobar que mi pesebre interior tiene cada vez menos cosas, ya que en Él sólo está Jesús, no el Niño tan solo, sino todo Él, el Jesús presente en la vida de los hombres, el que se quedó.
Porque su AMOR es el único que nos da la plenitud total.
jueves, 20 de diciembre de 2007
De la soledad a la comunión
Es como llegar al fondo de mí, después de haber dejado todo, y encontrarme con que en realidad no dejé nada, porque soy una con todo.
También allí están todos, la creación entera, y el mismo Creador.
Entonces no me parece extraño que en el encuentro con las personas por la vida, las sienta tan cercanas, que haya una comunicación que va más allá de las palabras, conexión de yo profundo a yo profundo. Si el otro medita es aun más fuerte esta experiencia.
La meditación me une a todo, me muestra la no dualidad del Todo, y mi propia unidad, comunión.
Entonces se ve como realidad el pedido de Jesús: "Que todos sean uno".
martes, 18 de diciembre de 2007
el AMOR habita en mi centro
El ruido suele tapar la voz del Amor, que es muy tenue.
"La llevaré al desierto y le hablaré al corazón"- dice Él por intermedio del profeta.
Y el corazón, o el centro, no necesita de palabras. Entiende el lenguaje sin que se pronuncien.
La que necesita palabras es la mente, cuando no se aquietó, cuando no está en el centro sino que divaga por cualquier parte. Entonces busca razonamientos y pruebas, entonces cree que debe hacer algo para merecer ese amor.
La práctica fiel y perseverante de la meditación me coloca en mi centro, y desde allí el Amor se hace presente inevitablemente, sin merecerlo y sin hablarlo, sin pensarlo siquiera.
Es como un manantial cuyo origen está en ese centro, y que no es mío, sino que me es regalado.
De allí fluye y se derrama, inundando todo mi ser, y se rebalsa, se extiende a todo.
Y TODO se vuelve AMOR.
sábado, 15 de diciembre de 2007
La presencia de los otros
No necesariamente tiene que estar las palabras. Muchas veces alcanza sólo con la presencia. Es una vivencia muy profunda y saludable, el estar presentes sin hablar, cuando los amigos se han comunicado mucho de su interior, y por un rato bastará con el silencio, estando allí.
Después de todo, la meditación es eso, y ella es vida, o la vida meditación, no sé.
En realidad están fundidas una con la otra. Sentarse, respirar, estar presentes y vivir.
viernes, 14 de diciembre de 2007
San Juan de la Cruz
Durante ese tiempo, sin una luz que viniera desde el exterior, al hacer silencio escuchaba el ruido del agua de una cascada o arroyito.
Lo paradójico es que su situación angustiante lo llevó a alturas prodigiosas en su viaje espiritual.
"¡Qué bien sé yo la fuente que mana y corre, aunque es de noche".
Y lo asemejaba a la luz que hay en nuestro centro, a la fuente amor que de él proviene, aunque es de noche, porque no se alcanza ese estado a través de los sentidos corporales.
Descubrió que el sendero de las nadas es el camino cierto, sin buscar nada, sin querer entender nada, sin explicar nada, sin querer saber algo acerca de nada.
Es el camino de la meditación, hecho de pobreza y de nada, que en su desnuda sencillez conduce al Todo.
jueves, 13 de diciembre de 2007
Experiencia singular
Es un lugar sencillo, silencioso. El momento es diferente a las meditaciones aquí en mi casa. No estoy sola. De a ratos entran y salen personas, muchas internadas, enfermas, otras que tienen familiares allí. Se sientan, y se las ve doloridas, con un grito muy profundo que pide ayuda.
Guardan silencio, y me uno a ellas desde mi profundidad.
A veces noto que me miran, y mi inmovilidad les debe llamar la atención.
Alguien me dijo una vez que cuando yo no voy, algo le falta a ese momento. No creo que sea yo. A lo mejor sí el misterio que genera una persona que medita inmóvil en un lugar donde hay tanto dolor.
Y salgo de allí renovada. Siento que ellos me aportan sin darse cuenta una sabiduría que nace del sufrimiento que padecen.
Es una experiencia singular, y los siento parte de mí y yo de ellos. Después de todo compartimos el estar, y respiramos el aire de la capilla, que tiene olor a flores. Sé que a muchos de ellos no los volveré a ver, porque sanen o tal vez mueran, pero algo queda de su presencia en el lugar.
Cada vez que voy percibo que tiene sentido meditar allí.
miércoles, 12 de diciembre de 2007
Siempre volver
Algo me falta. Como que el encuentro habitual queda desplazado, y un llamado no fue atendido.
Lo bueno es que al sentir esa ausencia, necesito volver. El camino está ahí, esperando ser recorrido cada vez.
Siempre vuelvo. Adónde iré si no? Qué me podrá colmar?
Puedo andar de un lado para otro, realizar muchas actividades, pero en el fondo sé que sentarme y estar es lo esencial, lo que da origen a todo.
Bendito regalo que dura para siempre!!!
lunes, 10 de diciembre de 2007
Un día especial
Por el regalo de la meditación, por el silencio en el que me muestras tu Amor, por todas las personas que vas poniendo en mi camino, por la enseñanza que recibo como regalo en cada encuentro. Por el aire que respiro y por la cadencia de su ir ir venir, que me conduce al centro.
Sólo un canto de agradecimiento en mi alma, y la alegría que lo inunda todo...desde este día especial.
sábado, 8 de diciembre de 2007
Estos días
Sin embargo, voy observando que este también es un tiempo de estar presente, y el trabajo espiritual se desarrolla también mientras doy clases.
Así como respiro siempre, del mismo modo debo estar atenta. Dios se transparenta en la mirada de cada joven, y hasta toma la forma de los números que escribo. Si me dejo llevar de su amor, las horas de clase son peldaños de mi subida.
El viaje hacia las cumbres no se detiene.
miércoles, 5 de diciembre de 2007
Fuente de alegría
Y al leer esto siento que la alegría está presente en todo instante y lugar, y la percibo a través de la atención pura, sin intención, del sólo estar y contemplar. Hay que abrir todos los sentidos.
Y la meditación produce esa apertura de la atención a todo.
La meditación es para mí fuente de alegría.
martes, 4 de diciembre de 2007
No buscamos nada
Muchos de mis miedos han desparecido. También las inhibiciones que tenía, los complejos, las culpas. Parece como que se hubieran limpiado cosas, y al tomar el aire tuviera más espacio para recibirlo. No hay que buscar nada al meditar. Pero en ese no buscar las cosas se van dando.
Me recuerda a Jesús cuando dijo: "Busquen primero el Reino y su justicia, y todo lo demás se les dará por añadidura" Y también: "El Reino de Dios está dentro de ustedes".
El viaje hacia el centro es esa búsqueda, porque allí está todo.
Y lo demás va llegando, en forma silenciosa e imperceptible.
domingo, 2 de diciembre de 2007
Dejar ir
No aferrarse, no pretender poseer.
Y no es esa la esencia de la meditación? Estar simplemente, presentes en el momento y dejar transcurrir? Lo leo, lo digo, pero no me es fácil por momentos.
Sin embargo no hay otro camino.
El amor que hay en mí me orienta a eso, y Él sabe...