Algo dentro mío se queda seco cuando no medito.
Algo me falta. Como que el encuentro habitual queda desplazado, y un llamado no fue atendido.
Lo bueno es que al sentir esa ausencia, necesito volver. El camino está ahí, esperando ser recorrido cada vez.
Siempre vuelvo. Adónde iré si no? Qué me podrá colmar?
Puedo andar de un lado para otro, realizar muchas actividades, pero en el fondo sé que sentarme y estar es lo esencial, lo que da origen a todo.
Bendito regalo que dura para siempre!!!
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2 comentarios:
Lo más cercano a la felicidad más pura es la paz interior y la recuperación de la propia identidad día a día, momento a momento, como si fuera único. Que nada ni nadie nos arrebate eso jamás!
Y en mi caso el camino está bien marcado: Sentarme y meditar. Allí es donde recupero todo eso que decís. Nada ni nadie lo arrebatará. El camino sigue estando allí.
Gracias por visitar mi blog.
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