Cuando creo que las cosas están mal, o que están manejadas por el absurdo, cuando no tengo de dónde sostenerme, y dudo de todo, cuando la inseguridad y el dolor se apoderan de mí, y no puedo ver la luz, en ese momento en que no entiendo nada de lo que pasa, el silencio resulta ser la única salida.
Quedarme muda respirando, siendo. Nadie puede responder a mis preguntas, muchas de las cuales ni siquiera formulo. Sólo el silencio, estar sin más, respirar, y vivir.
Más allá de la realidad, por fría que sea, está la Verdad, que la trasciende. Y el Amor, que la eleva.
Más allá de la mentira y la hipocresía, está la mirada redentora de Aquél que fue envuelto por las tinieblas cuando llegó su hora, y resurgió libre y liberador.
El mensaje que llega no es el de las palabras, por más hermosas que sean, sino el de las acciones.
Y más allá, el silencio....
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