Sentada meditando, y el silencio fue por un rato tan profundo, que parecía no haber nada allí.
Detrás del silencio, el Amor. Esa corriente que fluye sin cesar, pero sin hacer ruido.
El tiempo parecía estar ausente, y todo era un inmenso espacio, aparentemente vacío.
Sólo el Amor...
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4 comentarios:
Blanca, estás describiendo una hermosa vivencia de tu meditación.
Te agradezco tu generoso comentario sobre mis haikus; no soy buena escribiendo y en esa forma poética encontré facilidad para expresarme.
Al principio me costaba lo del número de sílabas, 5-7-5 y no lo cumplía, hasta que el primer verso comenzó a salir súbditamente y así ya no es tan complicado acomodar los otros. Escribí como te salgan, lo lindo es la expresión; igual vos sos una escritora maravillosa, con haiku o sin haiku.
Cariños.
Muchas gracias, Regina.
Lo bueno es que estas vivencias de la meditación, si bien no las puedo atrapar, ni buscar que se repitan, y si bien no me ocurren siempre, quedan registradas en mí, y su recuerdo le da sentido a todos los momentos.
No sé si me saldrán los Haykus. Lo bueno es compartir.
Te mando un abrazo.
Blanca, tu presencia y tus comentarios en mi blog contribuyen a enriquecer esa corriente de amor que atraviesa la meditación. Gracias.
Un abrazo.
Gracias, Regina. Sabés qué es lo lindo también?
En los grupos de meditación en los que participamos surgen a veces temas, y eso nos hace a todos reflexionar sobre ellos, lo cual nos lleva a observarnos sin juicio y con el fin de conocernos y crecer.
Por lo general, cuando surge algún tema, de un modo u otro escribís sobre eso en tu blog en esos días, y a mí me ayuda mucho.
El Espíritu anda revoloteando y reparte sus palabras y su amor entre nosotros.
Gracias por visitarme.
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