Mañana de domingo silenciosa. Me despertó el sonido de una campana, y al abrir los ojos descubrí que sólo estaba en mi mente. Así como me encontraba, sin preparaciones, sentada en la cama, empecé a meditar. El silencio a mi alrededor era impresionante, y hasta parecía que el mundo se había detenido allí. Quedé como arrobada, extasiada, enamorada? inmersa en la sensación de esa presencia que me saca de mí, o mejor dicho me hace entrar en mí, a ese lugar donde ÉL ES, aún más que yo misma.
No puedo comparar con nada ese momento, porque no se parece a nada. No me atreví siquiera a hacer ruido con la respiración, y me quedé inmóvil, sentada allí en unión con Él.
Al salir, supe que la campana que había escuchado, y que me despertó, era Su llamada al encuentro, porque me quería llenar de su Amor.
Todavía queda en mí la dulzura de sus palabras, pronunciadas en el silencio.
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3 comentarios:
Así es; Eso que Es llama, de cualquier modo, en cualquier lugar o momento, por eso "alerta sin opción", estar preparados para la escucha.
Un abrazo.
Qué lindo, Regina.
"Alerta sin opción", y el llamado es en todo momento, pero a veces se hace sentir muy fuerte, como me pasó ayer.
Besos
"Alerta sin opción" es algo que siempre dice Krishnamurti, me hace acordar a la parábola de las novias y las lámparas, sólo que acá son sólo 3 palabritas que lo dicen todo.
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