"Cuando oraba en lo más profundo de mi corazón, todas las cosas que me rodeaban aparecíanme bajo un aspecto encantador: árboles, hierbas, aves, tierra, aire, luz, todas parecían decirme que existen para el hombre y que dan testimonio del amor de Dios por el hombre; todas oraban, todas cantaban la gloria de Dios. Así llegué a comprender eso que la Filocalia llama "el conocimiento del lenguaje de la creación", y veía cómo es posible conversar con las criaturas de Dios." (Relatos de un Peregrino Ruso- Anónimo)
La oración de Jesús, o del corazón, me permite vivir esto que dice el peregrino, con intensidad. Meditar repitiendo la plegaria me une a toda la creación, a la vez que unifica y simplifica mi vida. Cada vez son menos las cosas que me preocupan, porque va creciendo en mí la confianza en la Presencia de Jesús, sea lo que sea que tenga que vivir.
Veo la gracia de Dios que se derrama sin medida en todo, y ¿qué más puedo pedir? Nada. Mi parte es estar atenta y presente, decir la oración con todo mi ser, y vivir lo que de ella se desprende, mi respuesta a tanto amor recibido.
El lenguaje de la creación es el lenguaje del Amor...
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
10 comentarios:
Simpleza y belleza, la voz del Espíritu...
Gracias, Andrea. La verdad es que en este camino, uno de va volviendo más simple. No? Y el libro del Peregrino Ruso es de una frescura que cautiva.
Te mando un abrazo.
Es en la oración donde todo nuestro equipaje pesado se hace más ligero
un beso Blanca y gracias
Gracias, Blanca, por tu testimonio.
Un beso.
Gracias, Arianna, Amelia.
La oración es el sentido de mi vida, ya que me conduce al encuentro con Jesús.
Les mando abrazos a las dos.
Lo dices tan bien, tan breve, tan luminoso que poco se puede añadir.
Efectivamente la naturaleza toda nos habla de Dios. Es la llamada a voces del Creador a sus criaturas.
No existe el "silencio de Dios". Él nos llama continuamente, basta bajar a la bodega interior para oírlo perfectamente. O abrir los ojos y los oídos y contemprarlo a nuestro alrededor.
Gracias por recordármelo. Jairo.
Gracias, Jairo. Lo que decís es cierto, "Dios nos llama todo el tiempo", o sea está presente en forma plena, dentro y fuera de nosotros. Sólo abrirnos a Él, y callar un poco nosotros, o dejar de ser el centro de nosotros mismos, para que podamos apreciar Su Luz brillando con toda intensidad y Su Amor derramándose sin medida.
Te mando un abrazo.
Dejar de ser nosotros el centro para que Él lo sea... Creo que es el camino interior de cada uno.
Allá por el año 75 ¡del siglo pasado! descubrí "El peregrino ruso". Se convirtió en mi oración la Oración de Jesús durante varios años. Fue el inicio de mi camino de oración de quietud o silencio...
Poco a poco nos va simplificando el Señor.
Gracias por tu blog.
Un fuerte abrazo
Gracias por comentar, Peregrina. la oración de Jesús está dando muchos frutos en mí. Uno va y vuelve. Porque yo había leído el Peregrino ruso hace mucho, Volví a leerlo y es de una sencillez que deja mudo. Es verdad lo que decís: "Poco a poco nos va simplificando el Señor".
Te mando un abrazo
Sí.Yo también vuelvo a ella. De hecho hoy ha sido mi oración. La sencillez de la plegaria cala en el corazón y nos va simplificando la mirada.
Es un libro que se ha hecho vida en nosotros, en muchos, y nos ayuda a descubrir esa Presencia viva en nosotros y a nuestro alrededor.
¡Gracias por tu experiencia!
Un fuerte abrazo
Publicar un comentario