Empezamos un nuevo grupo de meditación. Para sorpresa nuestra, asistió mucha gente. Se los veía interesados. No conocían nada acerca de esta disciplina. Estaban atentos, y a lo mejor les dijimos cosas que nunca habían escuchado.
Les explicamos el modo de hacer la práctica, y nos dispusimos a vivirla, sentados en círculo, como se podía a causa del número de personas. Cada uno se quedó en silencio y quietud, la mayoría de ellos por primera vez.
Se fueron a sus casas, todos con la tarea de meditar dos veces al día. Primera semana, que suele ser laboriosa.
Y yo? Igual que ellos. Sentarme y estar en silencio cada día. Porque no hay más que eso...
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario