Voy descubriendo la sencillez de cada único instante de mi vida.
No hay nada allí. Solo estoy yo. Y vislumbro la presencia de Otro, la fuente del Amor y la paz, el río de aguas mansas en el que puedo verme.
No necesito nada en los instantes.
Vividos uno por uno, sin adelantarme a intuir o preparar los que vienen después, sin detenerme a recordar los que ya pasaron, en cada uno tengo todo lo que necesito para vivir plenamente.
No hace falta más. Soy amada con el mayor amor que soy capaz de recibir, me rodea el aire que necesito al respirar, puedo ser consciente del instante hasta palpar de verdad que es el único.
Puedo en ese único latido del tiempo, dejar todo y sentarme, aspirar el aire y alabar, quedarme así abismada y contemplar.
O puedo estar aquí escribiendo ahora...
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1 comentario:
Gracias, amigo. Estoy convencida de eso. Lo puedo respirar y palpar.
Saludos también
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