miércoles, 16 de enero de 2008

Oscuro y a la vez luminoso

Ayer al anochecer, medité junto con mi hermana frente al mar. Fue una experiencia maravillosa. Me sentí muy unida a ella, y a todo.
Voy comprobando que este camino, a la vez que oscuro y bastante incierto, que me desconcierta en algunos momentos, también es luminoso y seguro.
Lo que debo aprender es que la seguridad no me la proporciono yo con mis métodos y razonamientos, sino que me la regala Otro, Aquél que es en sí mismo luz, Aquél que me llama cada vez a adentrarme más en lo desconocido abandonando las seguridades humanas, en pos de su presencia silenciosa en mi centro. Lo seguro aparece al abandonar mi propia seguridad.
No me canso de agradecer por esto, y quedo en silencio, sentada, respirando sin pensar.

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