lunes, 9 de agosto de 2010

Desde "El Peregrino Ruso"

"Cuando oraba en lo más profundo de mi corazón, todas las cosas que me rodeaban aparecíanme bajo un aspecto encantador: árboles, hierbas, aves, tierra, aire, luz, todas parecían decirme que existen para el hombre y que dan testimonio del amor de Dios por el hombre; todas oraban, todas cantaban la gloria de Dios. Así llegué a comprender eso que la Filocalia llama "el conocimiento del lenguaje de la creación", y veía cómo es posible conversar con las criaturas de Dios." (Relatos de un Peregrino Ruso- Anónimo)

La oración de Jesús, o del corazón, me permite vivir esto que dice el peregrino, con intensidad. Meditar repitiendo la plegaria me une a toda la creación, a la vez que unifica y simplifica mi vida. Cada vez son menos las cosas que me preocupan, porque va creciendo en mí la confianza en la Presencia de Jesús, sea lo que sea que tenga que vivir.
Veo la gracia de Dios que se derrama sin medida en todo, y ¿qué más puedo pedir? Nada. Mi parte es estar atenta y presente, decir la oración con todo mi ser, y vivir lo que de ella se desprende, mi respuesta a tanto amor recibido.
El lenguaje de la creación es el lenguaje del Amor...