miércoles, 31 de octubre de 2007

Sin tiempo

Hoy un alumno me manifestó su inquietud acerca del paso del tiempo, como que se siente atrapado por un reloj que le marca algo que no se detiene, y que le pone límites a todas sus actividades, y me decía que quisiera encontrar aunque sea un instante de remanso en esa carrera que le parece inútil.
Sin yo darme cuenta me encontré hablándole de la meditación, y vi que esos momentos son para mí de tiempo detenido, como un peréntesis en el que no hago nada, o una atención especial puesta en el instante presente, allí donde todo se consuma.
Me sentí feliz de poder contarle lo que yo hago y lo que vivo al hacerlo, y muy agradecida por el regalo de la meditación, que he recibido gratuitamente, y debo compartir, con la misma gratuidad.
También pude constatar que puedo extender la meditación al resto del día y a todas mis actividades, y vivir en el tiempo pero sin tiempo, atenta por entero y presente en el instante. Así será la eternidad ahora mismo, y transcurriré con ella, aunque el reloj marque inexorablemente el paso de las horas.

martes, 30 de octubre de 2007

Volver a casa

"En la vana búsqueda de la vida eterna elaboré pociones,
Leí libros y canté canciones históricas.
Hoy he venido a mi hogar: Montaña Fría
Para apoyar mi cabeza en el arroyo y lavarme los oídos."
"Tanto los teístas como los budistas que anhelan un modo de vida simple y ven la inutilidad de buscarlo en círculos intelectuales, pueden usar las palabras del poeta para expresarse."

Esto lo extraje del libro: Espíritu Zen, Espíritu Cristiano, de Robert Kennedy, un sacerdote jesuita, maestro de Zen.
Lo relaciono con la sensación de volver a casa que experimento en la meditación. Y con el hecho de que podré leer mucho sobre ella, hablar, escribir, elaborar teorías, y eso está bien, pero si no medito, si no me quedo sentada en silencio, estaré fuera de casa, y no podré "apoyar mi cabeza en el arroyo."
Si no medito mi hogar interior será lejano para mí, olvidaré el camino para llegar.
Las teorías se me congelarán, y dejará de fluir desde mi profundidad el manantial de AMOR, cuyo suave canto no escucharé, porque no me he "lavado los oídos" del ruido de mis propios pensamientos.

lunes, 29 de octubre de 2007

Despedida de una compañera silenciosa

Una mujer joven, muy delgada, siempre bien vestida, se hacía presente en la Capilla donde suelo ir. Iba mucha veces acompañada por su madre. Se llamaba Vanina.

He meditado en ese lugar desde hace algún tiempo, y ella siempre estaba cerca, en silencio. Nos saludábamos cada vez, y nada más que eso.
Ayer tuve la noticia de su fallecimiento. Fue su mamá desconsolada la que me lo dijo. Una corriente de amor me surgió desde el interior, por esa mujer casi desconocida, que lloraba abrazada muy fuerte a mí, y me sentí unida a Vanina, ausente físicamente, pero presente de otro modo.

Percibí el grado en que la meditación une, creando lazos de amor muy fuertes entre las personas, sin que siquiera nos demos cuenta en el momento.
Tan fuertes son, que no los disipan las ausencias, ni siquiera la muerte, ya que en el silencio transcurren la eternidad y la inmensidad. Todo está presente en ese momento sublime en el que paradójicamente nos tuvimos que dejar de lado para entrar. Todo adquiere sentido y consistencia en ese mundo interior sin palabras.

Esta mañana, al meditar, llegué a tocar una zona de vacío aún más profundo que otras veces, un abismo que me causó vértigo en un comienzo. Pero de él brotaba ese amor, y me quedé quieta, sumergida, como flotando allí.

No hacían falta palabras, ni los por qué que surgen ante estas muertes de personas jóvenes. Todo estaba explicado, aceptado, asumido y hasta amado.

Sólo estaban el silencio... y el abismo....

sábado, 27 de octubre de 2007

La huella del AMOR

Aquél que habita en mí, que me ha creado a su imagen y semejanza, no está dormido. Él ama dentro mío sin medida, y cuando llego a estar cerca de esa fuente de luz y de amor en mi centro, y en el silencio se concreta el encuentro, deja huella que se marca en mi vida.
Entonces puedo amar mucho, porque fui testigo de su AMOR en mi intimidad, y sentí lo amada que soy por Él. Entonces puedo recorrer un camino de amor, porque tengo unas huellas para seguir.
Entonces me animo a volver una y otra vez al silencio de la meditación, porque sé que allí está el secreto.

viernes, 26 de octubre de 2007

Seres de luz

Eso es lo que somos. Para eso estamos hechos. Para la luz
No hay más que adentrarnos en nuestras propias profundidades, en silencio reverente y actitud atenta y entregada, y todo lo que nos parecen tinieblas se transfigura.
En tonces la luz que está, se difunde y alcanza lo que hay dentro y fuera.
Hay que dejarla salir, porque está hecha para brillar.
"No se enciende una lámpara para cubrirla con un recipiente, o para esconderla debajo de la cama, sino que se la coloca sobre un candelero para que los que entren vean la luz."
(Lucas 8, 16)

jueves, 25 de octubre de 2007

ESTE ES EL MOMENTO

Aquí, exactamente aquí, y ahora, es el momento y el lugar para empezar.
El viaje al centro no tiene tiempo ni espacio. Sólo el silencio, y quedarse. Estar.
Dejar las palabras afuera, soltar todo, y estar simplemente.