martes, 2 de marzo de 2010

Vamos descubriendo con el tiempo...

...Que no necesitamos nada para ser felices, ni a nadie, porque la felicidad es un estado interior y natural. Sin embargo, el hecho de compartirla con todos, le da una forma concreta, la vuelve algo así como palpable.
...Que esa felicidad va fluyendo a medida que empezamos a observar la realidad tal cual es, y entonces nos damos cuenta de que todo lo que hemos vivido hasta ahora, tanto lo que en su momento nos pareció bueno como lo que no, ha sido el camino que debíamos recorrer para llegar a estar aquí, en este momento. Entonces se diluye el dolor por nuestro pasado.
...Que la mayor parte del sufrimiento presente, proviene de tener un pre-concepto de cómo deberían ser las cosas, y que no sean así en realidad. De juzgarlas desde el entendimiento, y clasificar todo en bueno o malo.
La meditación, a aquellos que la hemos descubierto y la vivimos, nos conduce a un punto en el que la mente se queda sin juicio ni análisis, y entonces el sufrimiento presente disminuye.
Pero todo esto no es nada, sin embargo, comparado con el tesoro del encuentro silencioso con Dios, y con experimentarlo dentro y fuera de nosotros, ya que Él habita en todo lugar y tiempo.
...Que descubrir su Amor gratuito e incondicional, permite que cambiemos nuestra mirada sobre la vida, y que lleguemos a darnos cuenta de que todo está bien y en orden. Bajo esta experiencia, ya no podemos quejarnos de soledad, ni tener ansiedad por el futuro y lo que pueda pasarnos en él.

Entonces, al descubrir todo esto y muchas cosas más, nos invade el ímpetu de querer compartir estos tesoros con todos los demás, y nos queremos reunir con ellos. La felicidad natural crece con ese ímpetu.

¡Qué bueno haber encontrado el modo de hacerlo en los grupos de amigos que nos reunimos cada semana a compartir vida y meditar juntos!

7 comentarios:

Anónimo dijo...

Que bueno LOCA, por fin escribis con el corazón y no desde el romantisismo barato y juego de palabras encantadoras, jajajajajajajaja

Blanca dijo...

Ay,Anónimo!! No creas que es fácil para mí ser concreta. Pero me doy cuenta de que con menos "juego de palabras encantadoras", como lo llamás, puedo transmitir mi vivencia en forma más real o con menos vueltas, más concisa. ¿Romanticismo barato? jajajajaja. Pensá que las novelas románticas se venden mucho. A lo mejor puedo escribir unas cuantas y las vendemos. Gracias por tu comentario, LOCO. (Ya ni te voy a pedir que nos digas tu nombre.Jajaja)

Jairo del Agua dijo...

¡Bendito romanticismo el tuyo Blancura!

Hoy me ha tocado más lo de la "ansiedad por el futuro". ¡Cuánta tensión y sufrimiento inútil!

Gracias por recordarlo. Y gracias por seguir orando siempre contra viento y marea.

Mi afecto a todas esas personas a las que acompañas. Sí, la "determinada determinación" de Santa Teresa es el camino que tú señalas y que practicas.

Con mi afecto desde Madrid.

Blanca dijo...

Gracias por tu comentario, Jairo.
Es verdad,la ansiedad por el futuro es un desgaste de energía inútil, porque el futuro todavía no llegó, y no sabemos cómo será. La meditación va haciendo que se haga silencio en nuestra mente, y que estemos en el único lugar y tiempo que existe, que es aquí y ahora. Eso libera energía, y disminuyen la ansiedad y la preocupación.
La "determinada determinación" de orar "contra viento y marea", es el mayor bien que podemos hacer para nosotros mismos y para el mundo. Todo tiene su origen ahí, en el encuentro silencioso con Dios. Te mando un abrazo desde Buenos Aires.

Melita dijo...

Blanquita, nena, lindo tu sitio, pasate a tomar unos matecitos argentinos por el mio.
Besos, nena.
Melita.
melitavidente.blogspot.com

Delia dijo...

Blanca:

En mi ausencia me perdí de esta entrada, pero nunca es tarde, siempre es presente y en este hoy te digo que la comparto plenamente.
Un abrazo.

Blanca dijo...

Gracias, Delia. Lo bueno es que estas cosas no pasan de moda, son atemporales. ¡Qué bueno es verte otra vez por acá!
Estoy medio remolona para postear. Jajajaja.