sábado, 15 de mayo de 2010

Cuando todo se desvanece...

¿Qué va quedando a medida que el silencio hace caer todo?
En un momento que uno no conoce, porque no conocemos nada en realidad, también aquello que siempre creímos que éramos nosotros desaparece.
Se fueron callando los pensamientos, que se habían rebelado bastante contra el silencio, las emociones y protestas fueron quedando atrás, las claridades que iban surgiendo, se desvanecieron. Después de todo, lo que pensaba o creía acerca de algo no era importante.
El cuerpo quedó quieto, todo está quieto. Pero qué hay entonces, si nosotros parece que no estamos tampoco?
Lo que hay es Amor, porque está sólo Dios, y Dios es Amor. Y es un amor dinámico, así que la idea de quietud también se desvanece. Alguien, un amigo, me dijo hoy: "
Todo está moviéndose y nada es detenido, así que la eternidad debe ser algo así como moverse a la velocidad del movimiento, por esto es que el SER jamás es estático, sería un imposible..."
En el fondo del ruido está el silencio, en el fondo del hacer está el ser, en el fondo de la quietud y de lo estático está el movimiento del Amor... Quitemos entonces el ruido y el hacer sin sentido, paremos de movernos a la deriva, y dejémonos fluir con la suave corriente divina...

7 comentarios:

Delia dijo...

Hola Blanca:
En el fondo de ese silencio que somos todo nos es desconocido, no lo podemos explicar, sólo vivirlo, sólo dejar que el ser medite.
Unidas en ese estar en meditación.

María Jesús dijo...

me ha gustado mucho tu entrada.
Un abrazo

Blanca dijo...

Es verdad que lo mejor es sólo vivir lo desconocido, y no tratar de explicarlo, que no podremos. Dejar ser, "dejar que el ser medite".

Gracias Delia y m.jesús, por visitar y compartir.
Les mando abrazos a las dos

Gato dijo...

Me encanta. Realmente el mundo necesita prosas, rélatos y anécdotas, para que pueda nacer alguien que pueda reunirlos y plasmarlos por la inmortalidad como a los grandes poetas de la literatura.

Me gusto mucho.

A dijo...

Si.

arianna dijo...

Bella entrada
fluir, dejarse ir como el baiben de las olas acariciando la playa, son momentos de calma,todo se desvanece y se instala la paz

Buenos dias Blanca, gracias de corazón

Blanca dijo...

Gracias a Gato, Amelia y Arianna, por comentar.
Lo que comparto siempre acá son experiencias personales, y las más de las veces, como suele ocurrir, las palabras no alcanzan a describirlas.
Sin embargo, algo me invita suavemente a compartirlas, así que acá están, reunidas en este blog.
Me alegro de que les gusten, y que se animen a transitar estos caminos de la meditación, los que no lo han hecho todavía, porque son fascinantes, si bien trabajosos y a veces áridos.
Les mando abrazos.