domingo, 7 de julio de 2013

Una experiencia hermosa


Cuando se me hacía molesta la lentitud conque avanzaba la cola para pagar una cuenta, me quedé en silencio en lugar de darle lugar a mi común protesta interna, y en un instante todo se volvió hermoso. 
Me invadió la certeza de que Dios nos da el paraíso, aquí y ahora, con tal de ceder los deseos de nuestro propio paraíso inventado. 
Vi la calle, los árboles, el cielo nublado, la gente que estaba en la cola esperando, la lentitud conque avanzábamos, y todo estaba en su justo lugar y momento. Ya no me importó nada. 
Supe de nuevo, porque tantas veces lo olvido, que más allá de las circunstancias, de cómo sean los momentos, de cómo pensamos que deberían ser, si nos quedamos un instante quietos y sin el parloteo y la protesta, y cedemos nuestro pensamiento, entonces Él nos regala todo, y al recibirlo, nos damos cuenta de que nada hay fuera de eso. 
Una experiencia que me duró todo el día de ayer, y que hoy todavía está presente. Como si Dios nos dijera a cada uno: Te regalo el paraíso en este instante. Lo querés recibir?...

2 comentarios:

Pedro dijo...

Bonito texto. La meditacion nos hace reflexionar y vivir en paz, que buenos son sus beneficios!

richi947 dijo...

Blanca: Dijiste "Aquí, exactamente aquí, y ahora, es el momento y el lugar para empezar" en aquel octubre de 2007. Hoy comienzo a leer tu blog y puedo decir lo mismo respecto a la meditación y el silencio. Tratemos de seguir la huella marcada por John Main.