miércoles, 16 de enero de 2013
Auto-observación
Observar mis pensamientos, mis emociones, mis tensiones corporales, me lleva a darme cuenta de que están directamente relacionados unos con otros.
Un pensamiento da origen a una emoción, y esta a una tensión, pero muchas veces distingo primero la tensión, y al observarla descubro la emoción y cómo surge el pensamiento.
Lo bueno es que si puedo hacer eso, es que estoy fuera de ese proceso natural, y eso me devuelve la libertad, me conduce a la paz.
No soy ese alboroto que muchas veces hay en mi. Ya lo he leído en muchos lados, ya lo he compartido también, pero cada vez eso se intensifica en mi, y cada vez puedo vivir más tiempo fuera de mis pensamientos, emociones, tensiones, y entonces aumenta mi libertad.
No se trata de rechazarlos, sino de reconocerlos. No es que tengan que desaparecer, sino integrarlos, y seguir adelante. Para trascender no hay que desviarse de la condición humana, sino atravesarla.
Cuando Dios nos formó, no pensó en ángeles o seres puramente espirituales, y por eso nos dio un cuerpo y una mente. Pero, a quién se lo dio? Al ser que somos, ese que puede observar, reconocer, integrar, ese que es libre y vive en paz, pase lo que pase.
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