sábado, 19 de enero de 2013
Cuestión de querer hacerlo
Algunos podemos pensar que esto de observar los pensamientos, emociones, tensiones, reconocerlos y trascenderlos, está bueno para poder librarnos de las emociones negativas.
Pero el proceso no distingue estas diferenciaciones, sino que nos lleva a trascender todo.
Si le ponemos un objetivo, estaremos dando vuelta siempre sobre lo mismo: Esto nos gusta, lo dejamos. Aquello no, lo trascendemos. No veo que sea así. No elegimos, sino que simplemente ocurre, y con todos los pensamientos, emociones y tensiones, sin clasificar ni evaluarlas.
No es magia, y cuesta trabajo, porque queremos atesorar las cosas que nos gustan. Es simple, pero nosotros no lo somos. Hay que querer, estar dispuestos, y entonces haremos lo que haga falta.
Si nuestro querer es débil, nos detendremos ante cualquier cosa, y diremos: Esto no puedo, aquello más adelante, lo otro cuando termine de hacer lo que estoy haciendo, lo de más allá cuando me cure, y nos engañamos a nosotros mismos con esto.
Entre los pliegues del no poder, es el no querer el que nos detiene.
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