martes, 30 de octubre de 2007

Volver a casa

"En la vana búsqueda de la vida eterna elaboré pociones,
Leí libros y canté canciones históricas.
Hoy he venido a mi hogar: Montaña Fría
Para apoyar mi cabeza en el arroyo y lavarme los oídos."
"Tanto los teístas como los budistas que anhelan un modo de vida simple y ven la inutilidad de buscarlo en círculos intelectuales, pueden usar las palabras del poeta para expresarse."

Esto lo extraje del libro: Espíritu Zen, Espíritu Cristiano, de Robert Kennedy, un sacerdote jesuita, maestro de Zen.
Lo relaciono con la sensación de volver a casa que experimento en la meditación. Y con el hecho de que podré leer mucho sobre ella, hablar, escribir, elaborar teorías, y eso está bien, pero si no medito, si no me quedo sentada en silencio, estaré fuera de casa, y no podré "apoyar mi cabeza en el arroyo."
Si no medito mi hogar interior será lejano para mí, olvidaré el camino para llegar.
Las teorías se me congelarán, y dejará de fluir desde mi profundidad el manantial de AMOR, cuyo suave canto no escucharé, porque no me he "lavado los oídos" del ruido de mis propios pensamientos.

2 comentarios:

JustThis dijo...

volver al hogar, poner la cabeza en el arroyo... montaña fria.
Todo eso muy zen, regreso a la naturaleza, nuestra naturaleza... pero tambien meditar.... a veces conceptualizar la meditacion es interesante, darlr ese giro poetico... es bonito leerlo ademas, porque son enseñanzas... ;)

Blanca dijo...

Gracias por compartir. De hecho, leer acerca de la meditación la enriquece, y conceptualizarla también, y aprender sobre ella. Pero no sustituye a la práctica, que es vivirla.
Cariños, amigo.