viernes, 23 de mayo de 2008

Grupo de meditación

Sentados en círculo, en la penumbra del lugar que nos recibe siempre, las personas del grupo de meditación fuimos viviendo esos minutos, que se deslizaron con suavidad.
Nada interrumpió el momento, nada lo perturbó. Sólo estábamos, cada uno en soledad interior, y a la vez juntos, silencio compartido, en comunión.
Al terminar, nos miramos alegres. Estábamos unidos más allá de todo, y eso se notaba.
Nos fuimos de allí radiantes. No hay nada absolutamente que pueda borrar esos momentos, que los pueda empañar.
El Amor transforma nuestras vidas, y nos une cada semana en ese encuentro feliz.

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