lunes, 23 de marzo de 2009

Ser espontáneos como ellos

Fiesta de cumpleaños. La homenajeada, con sus flamantes tres años, no me quiso dar un beso. No me recordaba. Los chicos olvidan a quienes no ven tan seguido. Su mamá quería obligarla, pero no se lo permití. Ella corría feliz de un lado para otro.
Promediaba la fiesta. Había por varios lados pequeños juguetes esparcidos, que habían caído de la piñata.
Ella pasó corriendo, recogió uno, se acercó a mí sonriendo y lo puso en mi mano. Antes de pronunciar mi "gracias", ya estaba lejos otra vez.
Ese fue el mejor saludo de la pequeña, por su espontaneidad.
Los niños tienen eso, que los mayores debemos recuperar, para volver a ser como ellos.



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