domingo, 5 de julio de 2009

Tiempo de crecer para adentro

Algo extraño es lo que experimento en esto de haberse suspendido todas las actividades a causa de la epidemia de gripe.
Hay como un silencio mayor, una soledad, algo que por un lado me produce una emoción como de nostalgia y tristeza, y por otro me invita a entrar más hondo en mí misma, a habitar por más tiempo esos "lugares" interiores que en realidad son silencio y soledad en todo momento, pero que quedan más al descubierto ahora.
La meditación no se somete a ninguna suspensión, porque simplemente es, con epidemia o sin ella, con salud o enfermedad, constante como mi respiración. Y tampoco se afecta por las emociones, que son pasajeras y más periféricas.
Tiempo de crecer, tiempo de profundizar, de cavar más hondo, tiempo de percibir el amor de Dios con más atención, ya que su amor está presente en todo momento y circunstancia.
Todo es lo que es, y sólo hay que vivir cada instante tal como se presenta.

4 comentarios:

Delia dijo...

Realmente estamos pasando por un tiempo extraño que nos vuelve a la realidad cambiante de todo lo que es pasajero. Claro que en esos pasajes se juegan sentimientos fuertes, por eso nos movilizan tanto y aportan, siempre aportan, a la evolución que vivimos.
Como bien lo mencionás volver y permanecer en nosotros mismos es lo que nos permite ver claro.
Abrazos.

Blanca dijo...

Es verdad, amiga. Volver y permanecer en nosotros mismos, nos permite ver claro. La realidad no se puede apreciar desde el exterior.
Gracias por tu comentario, Delia.

Camino sin Senderos dijo...

Es verdad Blanca.
Estamos viviendo un momento "especial" con esto de la gripe, y tengo una idea muy personal respecto de este tema. Pero bueno...

¿Cómo rescatarnos y volvernos a la calma, para mantenernos lúcidos y serenos en medio de tanta locura, de tantos temores y desencuentros? Volviendo a nuestro mundo interno. Algo de introspección en medio de tanta enfermedad generalizada no nos viene nada mal. Reflexinar, orar y meditar en tiempos de confusión... nos acerca a nuestro encuentro con Dios.

Gracias Blanca, un gran abrazo.
Namaste.-

Blanca dijo...

Es verdad lo que decís. Reflexionar, orar, meditar, en medio de la confusión nos da la claridad suficiente para vivir en forma plena también este momento, del cual seguramente hay mucho que aprender. Dios está en Él, como en cada instante de la vida, y es el primero que quiere rescatarnos del mundo de la locura, del temor, del desencuentro, y por supuesto de la mentira.
Gracias por compartir, y te mando un gran abrazo.