jueves, 7 de febrero de 2008

Aventura

El camino hacia mi centro está salpicado de incertidumbres, y suele ser oscuro. Porque voy abandonando las seguridades en las que me apoyaba, y no va quedando nada.
Como dice San juan de la Cruz, sólo la llama del Amor es la que me guía. y esa llama viene de adentro. Es como un faro en medio de la tormenta, en la noche.
Si me dejo guiar por ella, no me puedo perder.
El Amor no pierde nada. En él, todo adquiere sentido y consistencia.
Sólo sentarme y estar, vivir, respirar.
Y se desborda hacia el afuera si lo dejo, y va iluminando lo que toca.
Entonces se unifica todo, se hace uno, me hago una con todo y con todos.
Maravillosa aventura esto de meditar!!


No hay comentarios: