martes, 15 de enero de 2008

Elegir la mejor parte

Por cada vez que dejo de hacer mis cosas de todos los días y me siento a meditar, percibo que estoy eligiendo la mejor parte, como en el Evangelio de Marta y María, la que no me será quitada.
Entonces ya no tienen cabida esas incertidumbres que cruzan mi cielo como nubes, aunque sigan estando. Es verdad que no estoy sola. Somos muchos en este camino, y si bien suele ser oscuro y despojado de magia, es real, y está inundado del Amor que nace en el centro y desde allí se expande.
Dios se encarga de poner siempre ángeles que nos reconfortan, y sólo nos pide la perseverancia en el estar, en silencio, quietud y soledad.
Maravillosa la oscuridad del camino porque conduce a la Luz.
Gracias al Señor y a todos esos amigos que acompañan y me llenan de felicidad!!!

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