sábado, 5 de enero de 2008

La grandeza del mar

Frente al mar, envuelta en su inmensidad y su omnipotencia, me siento siempre pequeña. Al estar allí, aspiro profundamente y recibo algo de la grandeza que me rodea, y al exhalar entrego mi pequeñez.
Me dejo un poco a mí misma en cuanto me voy haciendo una con lo que está allí, y entonces los problemas que a veces me acosan se ven insignificantes.
Sólo estar allí, simplemente. Nada debo aparentar, nada debo analizar, ni siquiera me tengo que apurar. Sólo estar, y observar...

1 comentario:

fuerzamarina dijo...

HOla Blanca, un gusto leerte, no pude sino responder desde la fuerza q llevo dentro y desde el amor q el mar trae conmigo y en el mismo desde siempre....el mar es amigo, escucha, medita con vos y te contesta, casi al unisono de tu pensamiento, de tus memorias, de tus interrogantes....
El mar es un testigo silente, Es la fuerza de Jesus dentro del alma, q acompaña amoroso, ante cualquier adversidad o alegria...el mar es un ser vivo q aprende cada instante a conocerte y cuando ya ambos son uno, cesan las preguntas, cesan los miedos,El habla....
Solo es amistad, silencio y comprencion, amor en estado liquido, amor infinito que renueva en cada hermano sus esperanzas, la Fe, la Pureza.
un abrazo Blanca, hasta cualquier momento.
fuerzamarina.