martes, 22 de enero de 2008

Tesoros a mi alcance

El mar me muestra sus riquezas a cada momento, y sentada frente a él no dejo de agradecer el maravilloso regalo de su belleza.
Me quedo absorta contemplándolo durante horas, sin pensar, sin analizar nada, sólo estando, como al meditar. Es que al estar así, simplemente, en realidad medito.
Y van pasando los días de mis vacaciones, descanso que necesitaba, y por el que me siento feliz.
El amor que nace en mi centro, y que no es mío sino que lo recibo como regalo, se difunde, se expande fuera de mí y abarca todo lo que me rodea.
Al estar más descansada puedo percibirlo con claridad, y me llena de paz. El mar que me cautiva y el amor que me inunda.
Maravillosos tesoros que están a mi alcance sin que yo haga nada de mi parte para obtenerlos.

2 comentarios:

Selín dijo...

Hola, Blanca:

El Amor infinito de nuestro Padre Celestial nos da todo, ¡y de gratis! Todo la creación, incluyéndonos a nosotros mismos, de la manera más variada en que aparezcamos a los demás: flacos, gordos, rubios, blancos, morenos, negros, altos, bajos, achinados, etc., etc. todo está dispuesto por nuestro Padre para que seamos felices y dichosos. Con todo y los altibajos que por veces nos invaden, la vida que Dios nos da es... ¡preciosa!

Me alegra que sintas esos "tesoros" a tu alcance.

Un abrazo afectuoso,

Selín

Blanca dijo...

Gracias, Selín. Me quedo con eso de que la vida es... ¡preciosa!, porque así lo siento en estos momentos. Y cuando no lo siento de ese modo, algo hay en mí que me impide percibir esos tesoros que encierra el vivir, que son gratuitos.
Te mando un beso.
Blanca